Field with plastic tarp applied for biosolarization

Alternativas sostenibles a los pesticidas

Reducing Toxic Exposure and Increasing Soil Health

En inglés

Los fumigantes del suelo son una clase de pesticidas que se usan para controlar las plagas transmitidas por el suelo, como los nematodos y patógenos, y se aplican comúnmente en el otoño, después de la cosecha, o en la primavera, como preparación del suelo antes de la siembra de varios de los cultivos principales, especiales de California. Sin embargo, muchos fumigantes convencionales del suelo que son ampliamente utilizados, como la cloropicrinael 1,3-dicloropropeno, han sido identificados como tóxicos y/o posiblemente cancerígenos.

Una característica importante de los fumigantes comunes es su capacidad de moverse libremente, en forma de gases, por grandes distancias en la atmósfera. A pesar de los materiales de protección obligatorios, los métodos de aplicación y las restricciones de acceso, los riesgos de exposición continúan para los trabajadores agrícolas y las comunidades cercanas a los lugares de fumigación. Los riesgos de exposición aguda y crónica pueden incluir irritación de los ojos, la piel y el sistema respiratorio, y también náusea, vómito, mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer y, en casos extremos, la muerte.

La seguridad humana, además de la salud ambiental y la practicalidad financiera, siguen siendo fundamentales cuando se explora la agricultura sostenible. El uso generalizado de los fumigantes del suelo, combinado con sus riesgos de seguridad y los gastos, ha creado la necesidad de alternativas seguras y efectivas.

¿Qué es la biosolarización y cómo funciona?

En vez de pesticidas tóxicos convencionales, la biosolarización usa el calor solar y la actividad microbiana para crear condiciones del suelo que son mortales para muchas plagas, pero seguras para los humanos.

Pasos:

  • Extienda materia orgánica biodegradable en el suelo para enmendar la tierra (por ejemplo: fibra de arroz, harina de mostaza o ciertos residuos del procesamiento de alimentos, como las cáscaras de las almendras o los pellejos y semillas de los tomates). Generalmente, unas 9 toneladas por acre serán suficientes.
  • Incorpórelo con la tierra hasta 6–12 pulgadas de profundidad.
  • Alise la superficie del suelo.
  • Coloque una línea de goteo.
  • Cubra con una lona de plástico transparente y entierra los bordes de la lona para atrapar el calor del sol en el suelo.
  • Irrigue el suelo para activar los microorganismos.
  • Mantenga las lonas puestas por 1 a 2 semanas durante los cálidos meses del verano.
  • Quite las lonas y permita que el suelo se estabilice por lo menos 2 semanas antes de plantar.

La materia orgánica que se añadió a la tierra favorece el crecimiento rápido de los biopesticidas naturales y otras condiciones para desactivar las plagas que reducen temporalmente los niveles de oxígeno en el suelo mientras producen ácidos orgánicos por fermentación. Aunque estos ácidos pueden ser mortales para las plagas, generalmente son mucho menos tóxicos que los fumigantes convencionales, lo que beneficia a los trabajadores agrícolas, a las comunidades vecinas y al medio ambiente.

Mejora en la salud del suelo y detención del carbono

Las pruebas de campo iniciales en los huertos de almendros, demostraron el control de las plagas del suelo inmediatamente después de la biosolarización. El monitoreo continuo de estos huertos han demostrado los beneficios a largo plazo para la salud del suelo, incluyendo la supresión persistente de las plagas y un elevado contenido de nutrientes para las plantas.

Agregar biomasa orgánica al suelo como parte de la biosolarización puede conducir a atrapar  carbono en la tierra. Además, la evaluación del ciclo de vida mostró que, bajo ciertas condiciones, el uso de desechos del procesamiento de alimentos para la biosolarización puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la desinfestación del suelo y la gestión de los desechos del procesamiento de alimentos.

Practicidad financiera

La economía de la biosolarización tiene matices y depende de la ubicación, el acceso a enmiendas de bajo costo, la infraestructura de campo existente y otros factores. En ciertas situaciones, la biosolarización puede ser competitiva en costos con la fumigación. Sin embargo, si se consideran los aumentos de la salud del suelo y de la salud humana que son exclusivos de este proceso, no se debe subestimar la relación costo-beneficio.

Conclusión

La biosolarización es una alternativa efectiva a la fumigación del suelo que reduce la exposición tóxica de los trabajadores agrícolas y las comunidades vecinas. La biosolarización aumenta la salud del suelo y el secuestro de carbono, y reduce las emisiones de gases con la reutilización de los residuos del procesamiento de alimentos. Aunque hay muchos factores que afectan el costo y la efectividad de la biosolarización, los beneficios para la salud humana y la salud del medio ambiente son invaluables.

Para obtener más información y saber si la biosolarización podría funcionar en su granja, comuníquese con Christopher Simmons, PhD, en cwsimmons@ucdavis.edu.

Tags