A tractor kicks up dust in a field in California
Photo credit: Hector Amezcua, College of Agricultural and Environmental Sciences, UC Davis

Puntos destacados de la investigación: Factores de riesgo ocupacional para la fiebre del valle en los trabajadores agrícolas de California

En inglés

Este artículo resume los hallazgos publicados en el artículo: “Risk for Coccidioidomycosis Among Hispanic Farmworkers, California, USA, 2018”, Journal of Emerging Infectious Diseases, Vol.26, No.7, julio de 2020.


La Fiebre del Valle (coccidioidomicosis) es una infección micótica causada por la inhalación de esporas del hongo Coccidioides, que viven en el suelo. La mayoría de las infecciones son leves y se resuelven dentro de semanas o meses, pero el 40% de las personas afectadas experimentan síntomas similares a los de la gripe, como tos, fiebre y fatiga, que generalmente se resuelven sin tratamiento. Aproximadamente el 1% de los casos involucra la diseminación a la piel, huesos y otros tejidos, lo que requiere terapia antimicótica a largo plazo y podría provocar la muerte.

Aunque el hongo se puede encontrar en regiones secas del suroeste de los Estados Unidos, en las últimas décadas, las infecciones han aumentado en California. Las tormentas de polvo, los terremotos, el viento y las actividades que remueven la tierra, pueden liberar las esporas en el aire. La incidencia más alta de casos de Fiebre del Valle en California ocurre en el condado de Kern en el Valle de San Joaquín, el condado agrícola más productivo de la nación, donde el remover la tierra y la exposición al polvo agrícola son comunes.

El trabajo agrícola se ha identificado previamente como un factor de riesgo ocupacional para la Fiebre del Valle, pero se han realizado pocas investigaciones para identificar tareas o cultivos específicos de alto riesgo.  

Nuevos hallazgos

En un artículo publicado recientemente, el exdirector de alcance a la comunidad de WCAHS, Stephen McCurdy, MD, MPH, y sus colegas describen su estudio, cuyo objetivo era probar la hipótesis de que la exposición al polvo está relacionada con la infección e identificar tareas o cultivos específicos en el trabajo agrícola que ponen a trabajadores agrícolas en un mayor riesgo de Fiebre del Valle. Los hallazgos se publicaron recientemente en el Journal of Emerging Infectious Diseases en julio de 2020.

El equipo de investigación utilizó un diseño de casos y controles, comparando un grupo de trabajadores agrícolas con la enfermedad con un grupo de control sin ella. La muestra del estudio incluyó a 110 trabajadores agrícolas con la enfermedad y 93 controles. Los investigadores se asociaron con el Departamento de Servicios de Salud Pública del condado de Kern para reclutar trabajadores agrícolas para participar en una entrevista, someterse a análisis de anticuerpos en la sangre, y reportar síntomas clínicos. Las preguntas de la entrevista abordaron las características demográficas, el historial de salud, la frecuencia del trabajo al aire libre, los cultivos o productos básicos, las tareas, la exposición al polvo y el uso de equipos de protección o la humectación del suelo en condiciones polvorientas. Los investigadores analizaron las respuestas por categoría de cultivo y por tarea para identificar cualquier asociación con las características clínicas de la enfermedad.

La exposición al polvo y el trabajo con cultivos de raíces y bulbos se asoció con un aumento en las probabilidades de contraer la Fiebre del Valle.

Los resultados del estudio confirman que la exposición al polvo está significativamente asociada con casi el doble de probabilidades de contraer la enfermedad. Las probabilidades de infección aumentaron casi tres veces para quienes trabajaron con cultivos de hortalizas de raíz y bulbo, como remolacha, zanahoria, ajo, cebolla, rábano y papas. 

Las personas que trabajaron con la eliminación de hojas (principalmente en el cultivo de la uva) tuvieron una reducción del 60% en sus probabilidades de contraer la enfermedad, posiblemente relacionadas con la reducción del contacto directo con el polvo y la suciedad. Los investigadores también encontraron que prácticas como usar mascarillas y pañuelos o mojar el suelo en condiciones polvorientas dieron como resultado una reducción modesta (estadísticamente no significativa) del riesgo de infección.

El análisis de los síntomas clínicos mostró que la enfermedad conlleva una importante carga para la salud. Alrededor del 80 por ciento de las personas afectadas informaron fatiga o debilidad y una pérdida asociada de días de trabajo. La mediana observada de 18.5 días de trabajo perdidos es aproximadamente el 10 por ciento del promedio anual de días de trabajo de los trabajadores agrícolas de California, lo que representa una pérdida significativa de ingresos para los trabajadores y una pérdida de productividad para las granjas.

La carga para la salud de la Fiebre del Valle justifica más investigación y educación de salud específica.

Con base en los hallazgos del estudio, los investigadores recomiendan investigación adicional sobre la exposición, incluido el muestreo del suelo y el aire durante la cosecha y otras fases del cultivo, especialmente para cultivos de hortalizas de raíz y bulbo. Los pañuelos de tela ofrecen protección respiratoria limitada y se recomienda el uso de protección respiratoria personal aprobada por NIOSH. Finalmente, debido a que la población de trabajadores agrícolas enfrentan barreras lingüísticas y culturales para la concientización sobre los riesgos para la salud y debido a las diferencias de género en el uso de mascarillas, McCurdy y sus colegas animan a que haya campañas educativas sobre la Fiebre del Valle dirigidas a estos grupos demográficos.

Recursos para la fiebre del valle:

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